¿Para qué presupuestamos?
Lo que queremos lograr es:
a) Planear con fundamentos (criterio) y con los pies sobre la tierra (conocimiento del negocio y del mercado), la realización de los objetivos que se desean alcanzar; porque quizá se esté hablando -sin darse cuenta- de planes faraónicos o de proyectos incumplibles por ser imposibles de llevar a la práctica con los recursos con que cuenta la organización. En este sentido, el presupuesto actuará como un dique de contención, como un cable a tierra, y alertará a sus usuarios acerca de "los números que o cierran", como se dice en la jerga cotidiana cuando la actividad no tiene viabilidad.
En el caso de que los recursos con que cuenta no sean suficientes, el planeamiento determinará esa situación y alertará sobre tal déficit. Y forzará a precisar cómo se van a conseguir los recursos necesarios para poder cumplir con los objetivos planteados.
b) Cumplir con lo planeado; el planteamiento ha de servir como guía parra la acción al ayudar a cumplir lo planeado. Si el mismo se ha realizado sobre bases sólidas y tomando en cuenta distintas previsiones, es difícil no cumplir; para ello tendrían que ocurrir muchas situaciones extremas, originadas fundamentalmente en la incertidumbre propia del medio ambiente, del medio económico social en que invariablemente se encuentra sumergida la organización.
c) Controlar lo realizado; es decir cotejar lo planeado con la realidad, para así poder:
- determinar si existen desvíos,
- analizar las causas de los desvíos,
- determinar la totalidad de las consecuencias asociadas.
d) Tomar las medidas correctivas necesarias. Sobre la base del análisis de los desvíos mencionado precedentemente y conocidas sus causas, es impostergable la tarea de tomar las medias correctivas que sean necesarias para minimizar en el futuro los errores e imprevisiones.
El presupuesto es, en cierta medida, un aprendizaje que realiza el hombre acerca del comportamiento de todos los componentes de una organización y del medio que la rodea. Este continuo proceso de formación de objetivos, formulación de planes, ejecución de tareas, control y ajuste, no culminaría realmente ni se retroalimentaría si este paso fuera obviado.
Evidentemente allí está expresada una gran verdad. La presencia del planeamiento con la ausencia del control, no tiene sentido. No tendría sentido que se consumiesen horas de tiempo y esfuerzo de directivos y personal de una organización para hacer un plan estéticamente muy presentable, si la tarea terminara allí.
Con mucha propiedad alguien podría preguntar si el plan se cumple; y allí comenzaría el drama. No hay duda acerca de que se debería planear para poder tener algún tipo de control sobre los acontecimientos futuros y que éstos no tomen por sorpresa a sus usuarios; también se debería planear para ejecutar bien y, por supuesto, controlar para asegurarse de que los planes no están siendo desvirtuados y que su contenido está siendo cumplido.
Si esto se desea lograr de manera racional y eficiente, sin falsas expectativas ni derroche de esfuerzos, energías y recursos, el presupuesto será una herramienta de gran ayuda.
"Planeamiento económico y financiero en contextos complejos y turbulentos" José Luis Pungitore - OSMAR BUYATTI LIBRERÍA EDITORIAL. Págs. 24/25/26
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